viernes, 19 de septiembre de 2008

El Experimento

Mucho tiempo antes de jubilarme había decidido que cuando llegara el momento, realizaría el sueño de mi vida consistente en dar la vuelta al mundo, viaje por supuesto largo y caro que significaba muchos años de paciente ahorro ya que mi trabajo como médico rural no presuponía unos ingresos cuantiosos. Pero no me quejo, siempre he amado mi profesión sin ambicionar nunca otra cosa que el ejercicio de mi labor en este pacífico pueblecito lleno de buenas gentes. No obstante, aunque jamás me he casado y siempre he vivido una existencia parca en cuanto a vida social se refiere, en todos estos años no he perdido el contacto con antiguos compañeros de la facultad, bien sea por carta, por teléfono o en esporádicos encuentros anuales y de entre ellos, tengo que destacar al que considero mi mejor amigo de los tiempos estudiantiles. Un brillante muchacho, quien, habiendo empezado medicina, quería especializarse en psiquiatría, lo dejó al poco para estudiar arquitectura, carrera que ejerció a lo largo de muchos años hasta que, de ello hacía escasamente menos que cuatro, lo abandonó todo para dedicarse, con gran consternación por parte de su familia, al estudio de la alquimia y demás Ciencias Ocultas. Como era hombre rico, se hizo construir un pabelloncito en medio del hermoso parque que rodeaba su mansión y allí, prácticamente enclaustrado, se dedicó a sus incomprensibles investigaciones. A partir de entonces los amigos dejamos de verle y sólo yo tuve el privilegio de poder charlar con él por teléfono varias veces, preguntándole en cierta ocasión, en broma, si pensaba convertir el plomo en oro. A lo que él respondió con aire misterioso a la par que excitado “que era algo más importante lo que pretendía cambiar”, pero no pude sacarle otra explicación.
Bien, todo esto que acabo de contar, se halla relacionado, aunque no lo parezca, con ese viaje mío ardientemente soñado, porque si a la semana de jubilarme no hubiese embarcado en el Reina Austral, iniciando un largo periplo que duró seis meses, hoy mi amigo seguiría vivo sin haber tenido que pasar por el trance de una muerte espantosa.
Cuando de nuevo regresé a mi pueblo, en el apartado de correos, me aguardaba toda la correspondencia acumulada aquellos meses, y así, lo primero que hice al llegar a casa fue sentarme cómodamente en el despacho y ponerme a leer. Pocas cartas había, ya que todos estaban al tanto de mi ausencia. Sin embargo hubo dos que me llamaron la atención. Una, de mi amigo de juventud, con fecha posterior al día de mi partida y otra que también venía de su casa pero que no estaba escrita por él. Ésta era de un par de meses atrás.
En la primera mi amigo me comunicaba que hallábase trabajando en un experimento “increíble” y me invitaba a que fuese a visitarle ya que requería de mi colaboración, porque, según sus propias palabras, “tenía miedo de cometer algún fatal error por encontrarse la investigación aún en período de pruebas”, y, concluía: “Trabajo con poderes que me sobrepasan y que en ocasiones sospecho puedan dominarme... o castigarme. Pero si tú estás aquí, sé que todo resultará mucho más fácil, o, por lo menos, dejará de ser peligroso”. También me contaba que le ayudaba su nieta Leila, “único miembro de la familia que comulga con mis ideas, en la que he encontrado a la ayudante perfecta”, y que me esperaba aquel fin de semana. Obviamente había olvidado que yo embarcaba para un largo crucero.
La otra carta me la dirigía su hijo y en ella me informaba que su padre había muerto “destrozado por una explosión dentro del laboratorio en donde estaba realizando uno de sus experimentos”. Pero lo más terrible del caso, con serlo ya bastante aquella tragedia, era que Leila, la nieta de mi amigos, quién por suerte no había sufrido ninguna herida grave, de resultas del hecho había quedado en estado cata tónico, lo cual, traducido al lenguaje asequible, quiere significar que estaba viva, pero totalmente ausente, sin hablar, sin oír y mirando con los ojos muy abiertos, sin parecer captar absolutamente nada de cuanto la rodeaba. Habían tenido que recluirla en una clínica psiquiátrica, mas al no poder hacer nada por ella, los especialistas la devolvieron a casa confiando en que tal vez el medio familiar pudiese algún día, sino curarla, mejorarla un poco al menos.
Concluía la misiva con un ruego, el de que fuese a verles ya que al abrir el testamento del fallecido, habíase descubierto una nota dirigida a mí en la que me pedía: “si antes de regresar de tu viaje, algo fuera de lo normal me ocurriese incluyendo ello mi propia muerte”, que yo investigase el suceso asesorado por su nieta y leyendo en sus cuadernos de apuntes. “Mas -terminaba el hijo del finado-, Leila no se encuentra en disposición de hablar y la explosión del laboratorio destruyó toda la información recogida en los cuadernos de apuntes, tan sólo nos queda un pedacito de hoja de libreta en la que se ve el comienzo de dos palabras pero tan incompletas, que no sabemos siquiera lo que pretenden decir”.
Cuanto acababa de leer me impresionó vivamente. Mi viejo y querido amigo muerto de una forma que producía escalofrío pensar, su nieta traumatizada de por vida y todo por jugar al aprendiz de brujo. ¿Qué extraña locura les podía haber dominado a los dos hasta llegar a aquel punto insensato y horrible? En fin, ¿para que perder el tiempo con más palabras? Lógicamente no podía faltar al llamamiento póstumo de un entrañable compañero. Así que al cabo de pocas horas estaba ya en su casa en la cual fui recibido por la desolada familia, y antes de ver a Leila, quien permanecía en el jardín, sentada en un sillón de mimbre mirando sin ver la línea del horizonte, el hijo del fallecido y su viuda, sin agregar nada nuevo sobre lo que me había sido comunicado por carta, me entregaron el fragmento de libreta rescatado de las ruinas del pabellón. Tratábase más bien de un ángulo de papel amarillo, comido en sus bordes por el fuego y las dos incógnitas eran éstas, arriba: “metemp...”, y abajo: “trasmut...”
-¿Qué cree usted que pueden ser? -preguntó su hijo mientras yo era el centro de atención de la llorosa viuda y la afligida madre de Leila.
-Verán -repuse-, “transmut” creo entenderlo. Si él realizaba experimentos alquímicos, tal vez sea “transmutación”, pero “metemp”, ésta no alcanzo por ahora a descifrarla... De todas formas, si ustedes me lo permiten, podríamos dejarlo para más tarde e ir a ver a Leila.
En el jardín, Leila miraba el infinito. Era una chica preciosa de 18 años, rubia, delicada y poseedora de un par de ojos grises, heredados de su abuelo, en ella bellísimos e inmensos. Todo su cuerpo y su expresión eran los de un ser con cuya presencia contamos pero no así con su mente, ya que podía haber pasado muy bien por una estatua o una muñeca de cera. Me senté a su lado. Ella no daba la impresión de haberse enterado de mi llegada, y le cogí una mano que estaba fría como el hielo a pesar de hallarnos en verano. Al contacto, su impasible rostro se volvió hacia mí lentamente, causando este simple hecho, enorme impacto entre nosotros, sus grandes ojos se fijaron en los míos y un soplo de vida pareció animar aquel pétreo semblante. De repente, lágrimas silenciosas comenzaron a brotar de ellos mientras que un doliente suspiro se le escapaba del pecho y la insensibilidad de su expresión, daba paso a una lacerante tristeza.
-Leila, hija mía -murmuré conmovido-, ¿recobras ya la memoria?... Leila, ¡por favor!, vuelve con nosotros...
Contemplaba ansioso sus pupilas y entonces me vino a la cabeza la palabra inconclusa del cuadernillo que un chispazo de intuición completó en mi cerebro: ¡Metempsicosis!... ¡No, no podía ser, debía equivocarme, eso no...! Y en respuesta a tan monstruosa idea, una voz profunda, inconfundible en mi recuerdo, que semejaba brotar de todas partes, pero que en realidad salía de la joven garganta de Leila, pronunció a través de sus labios, con un sufrimiento incapaz de ser reproducido en letras de molde:
-ELLA HA MUERTO Y YO ESTOY CONDENADO A VIVIR...
¡Señor, apiádate de ambos! El alma de mi amigo aprisionada en el cuerpo de su nieta y el espíritu de Leila en el Purgatorio o en el Infierno, mientras los restos de su abuelo yacen para siempre, sin descanso, bajo la losa de una tumba.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Mi pais!!!! es así!!!

Quien hubiera creído si alguien en el pasado nos hubiera dicho, que seriamos una nación prospera…cuantos les creímos a esos gobernantes que dijeron que la crisis era pasajera y luego vendrían tiempos mejores, en alguna parte de este devenir prospero extraviamos el camino, ahora somos un país de huevones abúlicos, con una clase política que da asco, que se reparte los cargos públicos como quien reparte una herencia....una clase obrera que tiene que mendigar sueldos dignos, y romperse el lomo de sol a sol, para que solo algunos disfruten los dividendos, nos transformamos en el Sodoma y Gomorra de Latino América, amparamos a Pedófilos, violadores, delincuentes de todo tipo, corruptos del mas alto nivel, y lo peor de todo, es que no somos capaces o no queremos ser capaces de cambiar nada, la idea de hoy es hacer lo que sea por conseguir nuestros objetivos, no importa cuantos cráneos hay que pisotear, solo importa acaparar y acaparar.........que cosas mas raras…, aun no logro entender ni comprender a mis compatriotas, por que somos tan iguales y al mismo tiempo tan diferentes, que pasa que hoy en día es mas importante y debatible el quien “mira feo” a un periodista, que la entrevista en si…, hace poco tiempo atrás todo lo malo era culpa de Goni ahora el viejo maldito esta en otro país y nos pusimos mas huevones, no sabemos a quien echarle la culpa, ¿se dieron cuenta?.....la inconsecuencia nacional esta a la orden del día, hoy es si, y mañana no, como por arte de magia nos damos vuelta la Chaqueta, a la mierda los principios, a quien le importan, la idea es cagarse al contrincante como sea, incluso inventando sobre su vida privada......que mierda!!!!!.....no digo yo.......... Le hemos dado como caja a los "Grandes Políticos", que este huevón si, no, que este era no se que, da lo mismo la supuesta inclinación sexual de Linera, a quien le importa que el Presidente Carlos Mesa haya durado menos que un pedo en baño con ventana abierta y ambientador, que el Nacho Mendoza es Héroe, Patricio, abogado, profesor, espía, etc. bueno ¿Y?, para mi todos son Buenos y ¿saben por que ?....por que todos son Bolivianos y si es hecho en Bolivia es bueno.... basta ya de cagarse en tonteras en cosas pequeñas, dejemos de una ves por todas ver la paja en el ojo ajeno, y logremos construir un país digno, el cual podamos dejar de legado a nuestros hermosos hijos.....!!!Viva Bolivia Carajo !!!!!